lunes, 28 de mayo de 2012
Suspendido evento La danza y su historia
martes, 15 de mayo de 2012
Carlos Orta desde sus palabras
Qué mejor para expresar lo que fue Carlos Orta
que sus propias palabras… Por ello queremos usar sus expresiones, sus ideas,
sus pensamientos hechos líneas, para entender quién fue este personaje venezolano
nacido en el barrio San Agustín de Caracas, y fallecido un día como hoy en New York en el año 2004.
Carlos
vivió en Caracas, París, New York y varias ciudades de Alemania. Su espíritu no
correspondía con un ser sedentario. “Me
considero un viajero, por no decir gitano: yo he estado aquí, allá y más allá
de mi tierra, pero cada vez conectado con mi origen, con mi esencia, con mi
herencia indo americana (que incluye la influencia del indio Caribe, Maya,
Azteca, Inca, por otra parte lo español, lo árabe, lo africano, todo eso
mezclado), con una experiencia con la tradición de la danza alemana, con el
trabajo de José Limón, con una cultura urbana, que podemos encontrar en
cualquier ciudad del mundo.”
“Representar
mi latinidad en el marco de la cultura europea y norteamericana es una de mis
metas desde que salí de este rincón del mundo: Caracas, ciudad que amo como
aman los grandes amantes. Este atardecer que en estos momentos tengo la dicha
de disfrutar es como un milagro en medio de todos los grandes y pequeños
problemas que atraviesa mi ciudad. Nadie más puede sustituir su magia y su
cerro El Ávila, mi gran y pequeño
amuleto…”
Cada
experiencia que vivió se fue enlazando para estar en el lugar y en el momento preciso.
Estando en Caracas, Noris Ugueto, (investigadora, caraqueña, maestra de la vida
y de la danza), aborda a Carlos Orta y lo invita a crear y formar parte de un
proyecto, que luego llamarían Coreoarte. “En 1983 nació lo que hoy con orgullo
llevo como un fuerte estandarte, Coreoarte, Escuela Integral de Danza, con
patrones construidos en el proceso se le fue dando forma a un sueño, este dio
como resultado una camada de jóvenes preparados técnicamente y filosóficamente
para vivir, expresar sus experiencias y tener capacidad de enseñarlas con la
misma magia y dignidad con que la fueron aprendiendo.”
Años
más tarde este proyecto fue cobrando cada vez más sentido y fue logrando un
lenguaje propio con contenidos muy claros, “Coreoarte rinde tributo al hombre
urbano, proyectando a través de sus creaciones todas las vivencias cotidianas
que el ser humano atraviesa en la metrópoli, partiendo de los pasos más
sencillos hasta llegar a lo más complejo de la composición coreográfica.”
Para el
maestro Orta, la coreografía formaba parte de su vida. Llegó a realizar más de
40 piezas que hoy forman parte del legado que Coreoarte transmite a las nuevas
generaciones “La inspiración llegó a mi en el momento que descubrí el
movimiento y a través de éste, la vida. Lo que representa el bailar encierra lo
más sublime en cuanto a expresión, no estoy lejos de mi realidad humana, cuando
me atrevo a decir que el pretexto para vivir es la danza, la filosofía que me
he empeñado en desarrollar no solamente como alumno, si no como intérprete y
maestro, me lleva a recorrer caminos de aprendizaje exigentes, a momentos de
lucidez absoluto y a momentos de suspensión, entregándome a las únicas
herramientas que conozco, el cuerpo y la mente como elementos fundamentales de
comunicación.”
Cada
una de sus coreografías era resultado de procesos de investigación. En ellas se
reflejaba quién era este gran artista y a la vez quiénes somos como venezolanos
y latinos: “yo creo que nosotros los latinoamericanos somos barrocos, que somos
muchas cosas al mismo tiempo… extremos, opuestos… nosotros somos eso. Yo puedo
ver esas influencias en mis coreografías
como: Retablos, Vía crucis, Soy el animal
que creo, por nombrar algunas. En el movimiento mismo, pero también en las
imágenes, los colores, los ciclos de cada obra que comienza con el romance,
pasión, respeto, amor que he sentido por
los creadores que me han motivado con sus obras. Todo canalizado-metamorfoseado
para volverse vida y hablar a otros a través de mi medio: la danza.”
Siendo consecuente
con todo lo que el bailarín, coreógrafo y maestro aprendió a lo largo de su carrera,
a parte de la creatividad que lo caracterizaba, Carlos Orta sentía que debía compartir
y difundir todo lo que llevaba por dentro. Una de sus pasiones fue enseñar, tal
como puede dar testimonio quienes lo conocieron, lo vieron o recibieron clases con
él. De sus palabras y movimientos emanaban de manera fluida grandes mensajes para
la vida. “Hoy me encuentro en otro principio de camino, en otro reto que la
vida me da como maestro, que no es más que seguir transmitiendo vivencias,
experiencias y conocimientos para seguir construyendo caminos hermosos y
fructíferos, lo que yo busco me busca, en eso estoy, buscando para aprender
más, aprendiendo para enseñar más.”
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